viernes, 28 de octubre de 2011

Alimentación del ibis eremita

El ibis eremita es un depredador de pequeñas presas, tanto vertebradas como invertebradas que encuentra entre las ramas de los arbustos y en el suelo, tanto en la superficie como bajo la arena. Se han realizado estudios de dieta tanto en la población occidental como en la oriental.


En la población occidental, el análisis de cerca de 120 muestras fecales confirmó lo arriba mencionado. Abundaban las vértebras de lagarto y las mandíbulas de insectos, concretamente de coleópteros adultos y de larvas de coleópteros y lepidópteros.
Aylal con un escorpión recién capturado
(foto Victor García Matarranz)
Paralelamente se había realizado un estudio en cautividad que buscaba evaluar la detectabilidad de los diferentes tipos de presas en las heces. Así, resulta que si bien un lagarto típico aporta cinco veces más biomasa que un escarabajo, parece ser que las probabilidades de detectar una vértebra en las heces es treinta veces menor que la de localizar una mandíbula quitinosa de un insecto. Por ello, la calibración de los hallazgos es muy delicada, porque estos factores de detectabilidad podrían variar, en el campo, con la época o la zona. 
Joven agama, una presa habitual para el ibis en Marruecos
En todo caso, parece que las presas más importantes por su contribución en biomasa son los lagartos. En particular, el área de Souss-Massa y Tamri es rica en especies de eslizón y de acantodáctilos y abundan mucho las ágamas. 
Entre los invertebrados, además de escarabajos y orugas, había presencia de caracoles, arañas, escorpiones e insectos (hormigas, chinches, moscas, ...). Combinando la tasa de detectabilidad de las presas con la frecuencia de aparición, se concluyó que los reptiles contribuían unas ocho o diez veces más a la dieta que los escarabajos.
Se analizó la diferente explotación de las presas en función de la época y se comprobó que durante la época de reproducción los ibis ingieren más coleópteros en proporción que reptiles. Esto puede tener diversas interpretaciones. Podría ocurrir que los adultos consuman estas presas in situ y transporten las más provechosas a los nidos. Pero también sucede que el hábitat de alimentación cerca de las colonias es menos productivo que otras áreas, por lo que los ibis cambian de área de alimentación en cuanto termina la reproducción.


Ibis capturando una langosta (foto César Javier Palacios)
Es curioso que no aparezcan en este estudio los saltamontes y langostas que, sin lugar a dudas, son presas de esta especie. Esto se debe, probablemente, al carácter explosivo de la dinámica poblacional de muchos ortópteros, que pueda hacer que su detección sea más aleatoria.



En la población oriental también se estudió la dieta para poder comprender la utilización del hábitat en función de la disponibilidad de presas.
En esta ocasión, tan sólo se había realizado una lista de presas basandose en el análisis de heces y en la observación directa. De nuevo los tenebriónidos encabezan la lista de presas junto a los acrídidos (langostas y saltamontes). Entre los pequeños vertebrados en el caso de los ibis de Palmira parece ser que pueden explotar localmente las altas concentraciones de jóvenes anuros.
Ibis a la caza de sapos en Palmira (foto Lubomir Peske)
Con anterioridad ya se había mencionado el consumo de anfibios e incluso de peces, por parte de los ibis de Bireçik y no debe de ser raro que, en los abrevaderos, aprovechen para capturar alguna presa acuática.
 Entre los reptiles, los agámidos son las presas más disponibles pero también consumen ofidios. Incluso se ha detectado el consumo intencionado de vegetales, como la trufa del desierto o los pistachos, cuando están disponibles.

El conocimiento de la dieta es de gran utilidad para poder estimar la calidad del hábitat de alimentación y comprender el uso del espacio que realizan los ibis.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Los ibis marcados se reúnen de nuevo

Parece que, en las últimas semanas, Aylal y Nader se han reunido de nuevo.
Los datos recibidos de los emisores nos indican que ambos se encuentran de nuevo en el área norte del Parque Nacional de Souss Massa, confirmando la enorme importancia de conservar este área donde los ibis pasan una gran parte del año alimentándose.
Probablemente ya habrán perdido sus vínculos familiares, debido al periodo en que han estado separados, pero se mueven, al menos durante parte del tiempo, en el mismo grupo.

martes, 11 de octubre de 2011

Ibis sirios en Etiopía

Como nos cuenta Chris Bowden, Odeinat, el ibis macho de la colonia de Palmira, finalmente atravesó el Mar Rojo y se dirigió a la misma zona de invernada que el año pasado, en el noreste de Etiopía, no lejos de las fronteras con Djibuti y Somalia. Esta es diferente de la que se identificó que utilizaban otros individuos adultos. El cambio fue repentino: el dos de octubre Odeinat continuaba en la zona en la que ha pasado las últimas semanas, en el sur de Arabia Saudí, pero el día tres ya se encontraba en Yemen y dos días más tarde ya estaba en Etiopía.

Salama, por su parte, sigue sin emitir, pero, como también ocurrió el año pasado, puede deberse a una pérdida de carga de la batería solar al encontrarse en zonas montañosas muy nubosas, en las tierras altas del centro de Etiopía.

viernes, 7 de octubre de 2011

La pequeña glaciación

Con frecuencia se critica el intento de justificar un gran número de hechos históricos por causas climatológicas. Sin caer en el determinismo climático, somos muy conscientes de hasta qué punto el clima (y las buenas o malas cosechas, las epidemias o cualquier otro factor dependiente del mismo) influye en el presente.
En un pasado no muy lejano, Europa pasó por una serie de notables cambios climáticos. A partir, aproximadamente, del siglo X, empezaron a suavizarse las temperaturas en el área del Atlántico Norte, lo que permitió que se cultivaran viñas en Inglaterra o que los vikingos expandieran su dominio y alcanzaran y colonizaran Groenlandia y partes de Terranova.

Ruinas de la iglesia de Hvalsey, en la Groenlandia noruega. Los asentamientos vikingos establecidos a lo largo del periodo cálido medieval desaparecieron a principios del siglo XV en parte debido a las consecuencias de la pequeña edad de hielo.

Este óptimo climático medieval permitió que la frontera agrícola ascendiera, que se cultivaran zonas más al norte y más altas en las montañas. Tanto el clima templado como la expansión de cultivos y pastizales probablemente ocasionó que algunas especies disfrutaran también de una cierta expansión. El nombre de Waldrapp (Cuervo de bosque) parece vincular al ibis eremita con ecosistemas que ahora nos parecen chocantes, pero tal vez en este período cálido medieval no fuera infrecuente en las áreas clareadas de los bosques alpinos.

 El clima en Europa comenzó entonces a enfriarse, a partir del s. XIII y desde la segunda mitad del siglo XVII hasta mediados del XIX el frío fue realmente intenso lo que se ha dado en llamar pequeña edad de hielo. Probablemente ese enfriamiento trajo consigo todo un cambio en los sistemas de producción, probablemente el abandono de cultivos en cotas elevadas, la pérdida de pastizales a favor de zonas boscosas. Además, la meteorología se haría más severa y la travesía de los Alpes para migrar hacia el sur, debió de suponer un mayor desafío. Por lo general, se le atribuye a este periodo frío un cierto papel, al menos parcial, en la extinción del ibis eremita en Europa central.

La Mer de Glace desde Montenvers, región del Mont Blanc. A la izquierda, pintura realizada poco después del máximo de la pequeña edad del hielo y a la derecha, una foto de 2000. Se comprueban los diferentes niveles del hielo comparando dos mismos puntos. La pintura es de la Colección Gugelmann, Biblioteca Nacional Suiza, Berna; la foto de M. J. Hambrey, 2000.
No cabe duda, sin embargo, que otros fenómenos de este largo periodo, como las incesantes guerras o la pandemia de peste negra del siglo XIV, con rebrotes durante los siguientes cuatro siglos, debieron influir en el despoblamiento de amplias zonas. Precisamente, no deja de resultar pintoresco el atavío de los médicos que se ocupaban de los apestados, con su máscara ornitomorfa... ¿representaría algún tipo de córvido? El pico es demasiado largo y curvado...
La documentación divulgativa y científica sobre estos dos periodos es abundante, y trata de la extensión de los glaciares, los sedimentos, las inundaciones, sequías o grandes nevadas, las hambrunas o el precio de los cereales, todos ellos indicadores de la climatología.
Waldrapp de Gesner

Sin embargo, existe menos información sobre los cambios en la fauna silvestre, aunque parece que también, además de la desaparición del ibis eremita, se produjo la regresión de alguna perdiz del género Alectoris, llamada Steinhuhn en alemán (probablemente Alectoris graeca, Alpensteinhuhn), que aparentemente debía ser común en el valle del Rhin en el s. XVI. En la actualidad, las perdices de este género tienen una distribución bastante más meridional.

La influencia de la pequeña edad del hielo en el sur de España parece que generó un aumento de los fríos y de las lluvias y a cambios en la vegetación esteparia que, según algunos autores, contribuiría a la desaparición del ibis en la Península Ibérica.

sábado, 1 de octubre de 2011

Artesanía femenina

La artesanía ha sido una actividad que las mujeres de los aduares del Parque Nacional de Souss-Massa han solicitado con mucha frecuencia. Además del interés puramente económico para la venta a pequeña escala, los bienes producidos se usan en las propias casas y, también, el espacio y el tiempo compartido por las mujeres mientras ejercen esta actividad es muy importante socialmente.
Las actividades artesanas fomentadas por SEO/BirdLife en colaboración con el PNSM, han sido financiadas por la AECID a través de varios proyectos de cooperación en los que se han realizado formaciones y se ha equipado con telares, máquinas de coser y materiales a las asociaciones femeninas.


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